El presidente del Partido Popular de Toledo y senador, José Julián Gregorio, y la diputada nacional, Carmen Riolobos, han mostrado hoy su preocupación ante el caótico inicio de curso que se prevé en Castilla-La Mancha por la mala gestión del presidente de la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, y del Gobierno de Pedro Sánchez y Podemos, “que han estado de vacaciones y vuelven para suspender otra vez en septiembre”, con una gestión basada en la improvisación y una toma de decisiones que llegan tarde y mal, cuando la Covid-19 vuelve a golpear con fuerza a esta provincia.
Gregorio ha censurado que Page diga “que con 5 mascarillas y no darse la mano se van a solucionar los problemas” y le ha recordado la complejidad de una situación para la que Page no se ha tomado “el tiempo y el estudio necesarios para abordar un buen comienzo de curso”, olvidando además a los ayuntamientos, encargados de limpiar y desinfectar los centros, a los que “les está negando sistemáticamente no solo ayuda o instrucciones, sino también información sobre la situación de la enfermedad en sus respectivos municipios”.
Asimismo, ha lamentado que el PSOE haya hecho caso omiso a todas las propuestas que le ha trasladado el PP de Castilla-La Mancha y su presidente, Paco Núñez, desde hace meses, para abordar un inicio de curso seguro en la región. “Unas medidas a las que el PSOE de Page votó en contra en sede parlamentaria y que ahora se hacen, si cabe, más necesarias”, ha aclarado.
En este sentido, Riolobos ha advertido de que “al final tendrán que ser los padres, los alumnos y los profesores los que tendrán que resolver los problemas que se presenten cada día para proteger la salud y que el curso sea seguro”. “No hay más profesores, no hay enfermería escolar, no se han incrementado y reforzado las plantillas del personal de la limpieza para garantizar la desinfección dentro de las aulas de una forma permanente ni se ha avanzado en la digitalización”, ha denunciado la diputada nacional del PP.
Para los populares, se trata de un protocolo “insuficiente y decepcionante”, que lejos de transmitir seguridad a los padres y a la comunidad educativa, deja sensación de “decepción e inquietud”, porque se trata de unas medidas que no tienen en cuenta el empeoramiento de la situación sanitaria en las últimas semanas y que dejan poco margen de actuación a centros y personal docente, “provocando más dudas que respuestas”.